viernes, 18 de septiembre de 2009

Nunca vio la luz
no sintió el calor
no sufrió el dolor
no vivió el morir
muy grande la cruz
muy chico el honor
enana actitud
de vivir mejor.

Si encontrás algo más fino
que el filo de tu silencio
sólo entonces te amaré.

Rebuscada tu respuesta
tanto como tu cabeza
tenía que ser mujer.

Yo sólo quería unos mimos
un suspiro de tu ombligo
una sopa con sabor.

Eras un rompecabezas
disfrazado de princesa
eras puro rocanrol.

de este amor que
nunca vio la luz...

Ya había encallado mi barco
En medio de tu pollera
Nunca fui buen capitán.

Aunque a veces digo basta
en las noches de subasta
me la juego hasta ganar.

Como toda señorita
eras bien histeriquita
eras una ola en el mar.

Siempre cinco para el peso
siempre abrazo, nunca un beso,
y ahora ni torta ni pan.

Ni este amor que
nunca vio la luz...

sólo me quedan recuerdos
de ese sueño momentáneo
viejos tiempos de adicción.

A planteos poco cuerdos
al placer del desengaño
a la dulce confusión.

Sólo me queda el consuelo
de saberme muy tranquilo
yo ya sé que la peleé.

Me pensaba que era el ciego
me pensaba que era el pueblo
que era el tuerto y que era el rey.

de este amor que
nunca vio la luz...
nunca vio la luz...

jueves, 17 de septiembre de 2009

17/9


Suavecito me pusiste todo en su lugar,
suavecito, como un juego para armar,
empezaste corrigiendo males al azar,
como al barro el alfarero, como brisa de aguacero,
conquistaste… Suavecito.

Colocaste besos justamente en el lugar,
suavecitos, cirugía para curar,
las heridas que dejó el pasado sin sanar,
y en el caos de mi infierno instalaste tu gobierno,
y arrasaste… Suavecito.

Suavecito,
fuiste casi imperceptible,
sin prisas de a poquito,
colocaste tu bandera inamovible.

Suavecito,
fuiste tan demoledora,
pasito con pasito,
tu paciencia arrolladora me salvó.
Suavecito.

Suavecito fue ganando con saber perder,
suavecito, sin afanes de imponer,
con la calma que viene del tacto de mujer,
como huella de gaviota, como se forma una gota,
me atrapaste… Suavecito.

Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor,
me peleaste, sin nada a tu favor,
con la suavidad con la que se mueve un rumor,
como el paso de un anciano con paciencia de artesano,
me salvaste… Suavecito.

Suavecito,
fuiste casi imperceptible,
sin prisas de a poquito,
colocaste tu bandera inamovible.

suavecito,
fuiste tan demoledora,
pasito con pasito,
tu paciencia arrolladora conquistó.
Suavecito.